Como sabes, nuestro cuerpo se compone en un 60 % de agua. Este líquido es imprescindible para la vida de los seres vivos, ya que es en él donde se realizan todas las reacciones fisiológicas y eso hace que nuestro organismo funcione correctamente. Por eso, la deshidratación plantea un problema que es necesario prevenir para no incurrir en daños mayores en nuestro cuerpo.
En este artículo te contamos qué puedes hacer para prevenir la deshidratación y cuáles son las causas de la misma. Si sigues algunos de los sencillos consejos que te proponemos, no tendrás ningún problema y conseguirás mantener tu cuerpo saludable. A su vez, vamos a explicarte cuáles son los síntomas propios de esta condición para que puedas identificarla con la máxima premura.
La deshidratación: ¿cuándo tiene lugar?
El agua es el principal componente del cuerpo humano y se calcula que al nacer llega a ser de hasta el 80% y en la edad adulta de aproximadamente el 65%. Aunque este porcentaje varía en función de la edad y el género, el cuerpo mantiene esta proporción y ante una incorrecta hidratación, exceso o falta de agua, este equilibrio se rompe y se produce un desequilibrio hídrico.
Si se produce un desequilibrio hídrico por falta de agua, por ejemplo con la perdida superior al 3% del agua corporal, nos encontramos ante una situación de deshidratación. Otra forma de decirlo más sencilla es que nos deshidratamos cuando perdemos más cantidad de agua de la que ingerimos a través de las bebidas o de los alimentos sólidos.
Llegados a este punto, el cuerpo deja de ejercer las funciones vitales como debería y empiezan a aparecer síntomas de deshidratación.
Causas de la deshidratación
La deshidratación depende fundamentalmente de factores como enfermedades o sudoración excesiva por exposición a climas cálidos o por realización de ejercicio físico intenso.
Entre de las enfermedades que causan deshidratación cabe destacar las gastrointestinales, que provocan diarreas y vómitos. Constituyen factor de riesgo importante para el correcto mantenimiento del equilibrio hídrico del cuerpo humano, especialmente para los niños, pero también para adultos y personas de la tercera edad. Esto se debe a que, además de perder agua en exceso, también se pierden electrolitos y minerales que se han de reponer. Por otro lado, es importante tener en cuenta que el consumo de ciertos medicamentos puede ejercer un efecto diurético. Así mismo, la fiebre que se deriva de ciertas enfermedades favorece la pérdida de agua.
En cuanto a la sudoración excesiva, se trata de un aspecto al que se le debe prestar especial atención. En verano, en nuestra propia localidad o cuando estamos de turismo en algún lugar, puede que el calor nos produzca una severa sudoración, perdiendo así una importante cantidad de líquido de nuestro cuerpo. Por ello es importante la reposición de los líquidos perdidos cuanto antes. Por otro lado, al realizar ejercicio físico también debemos preocuparnos de nuestra hidratación.
¿Qué le ocurre al organismo?
– Aumenta la presión arterial. En algunas personas, si no hay una correcta hidratación, la sangre se volvería más densa y opondría mayor resistencia al flujo de la sangre por las arterias. En consecuencia, se incrementaría la presión arterial.
– Aparecen trastornos de la piel. La piel se ocupa de eliminar muchas toxinas, por lo que si no se bebe la cantidad suficiente de agua no podrá hacerlo de forma eficiente y alterará su estructura.
– Riesgo de daño renal e infecciones. En caso de una hidratación no correcta el órgano mas expuesto serán los riñones. Para un mejor cuidado de nuestra salud renal se debe mantener una buena hidratación.
– Aumento de grasa.Cuando se agota la energía, el organismo envía al cerebro señales que este suele confundir con hambre. Esto te hará comer en mayor cantidad y con más frecuencia. Beber uno o dos vasos de agua solucionará este problema.
– Fatiga. Un cuerpo deshidratado tiene una lenta actividad enzimática, lo que se traduce en fatiga o cansancio excesivo.
– Estreñimiento.El intestino grueso reabsorbe el agua si el organismo está deshidratado. Cuando es escasa la ingesta de agua, los desechos que se mueven por él lo hacen de forma más lenta, se compactan más y eso hace pasar de un estreñimiento leve a otro severo.
– Enfermedades en el aparato digestivo. Algunos minerales como el calcio o el magnesio, junto con la falta de agua, pueden favorecer la aparición de trastornos digestivos.
Poblaciones vulnerables a la deshidratación
Las personas más vulnerables a los efectos de la deshidratación son los niños, las personas de la tercera edadf y las embarazadas. En el primer caso, se debe generalmente a que los niños no están acostumbrados a beber a no ser que se les eduque para ello. Por tanto, suelen olvidarse y esto, unido a que tienen una actividad diaria bastante elevada, y muchas veces al sol, hace que se acelere la deshidratación.
A su vez, es habitual que los niños y bebés desarrollen enfermedades que les provocan diarrea y vómitos, con lo que la pérdida de agua en el cuerpo es mayor. Por otro lado, los riñones de los bebés todavía no están suficientemente desarrollados y eso hace que orinen con mayor frecuencia.
Otro de los grupos de riesgo son las embarazadas y las mujeres lactantes. Las embarazadas necesitan hidratarse más a menudo y en mayor cantidad de lo habitual. El crecimiento de un nuevo ser en el interior de la mujer, requiere una ingesta de agua constante (aumenta el volumen sanguíneo, se crea el líquido amniótico, la placenta, etc), además de una ligera modificación de la dieta. Por otro lado, también hay que prestar especial atención a la hidratación durante la lactancia. La leche materna se compone en su mayor parte de agua, lo que obliga a la mujer a estar muy pendiente de su hidratación en esta etapa.
Síntomas de la deshidratación
- Cansancio general o deficiencias en la dieta.
- Afectación a nuestro rendimiento físico (concretamente a la resistencia que tenemos), a la par que puede afectar a nuestro rendimiento cognitivo.
- En el caso de los adultos, estar deshidratado implica tener una sed excesiva, sentir fatiga e incluso mareos y confusión. De igual forma, puede detectarse a través de la orina, ya sea porque esta sea menos frecuente o bien porque su coloración sea oscura.
- Por otro lado, los síntomas en los bebés y niños son algo diferentes. En el caso de los bebés, puede identificarse fácilmente si no orinan en su pañal en unas tres horas. Además, tanto en bebés como en niños más pequeños, los ojos hundidos o las mejillas marcadas implican que están deshidratados.
Hidrátate para mejorar tu salud
Como ves, la deshidratación grave es un problema que hay que atajar lo más pronto posible para evitar complicaciones mayores. En este sentido, conocer las causas de la deshidratación y actuar para lograr la prevención constituyen las claves para impedir desembocar en un proceso de estas características. Conociendo los síntomas, podrás detectarla de forma anticipada y así ponerle remedio.
“El agua contribuye a mantener las funciones físicas y cognitivas normales, con una ingesta diaria de al menos 2L de agua al día, procedente de cualquier fuente.”
Fuentes de referencia:
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000982.htm
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/dehydration/symptoms-causes/syc-20354086
https://medlineplus.gov/spanish/dehydration.html
https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/prevencion-salud/deshidratacion-sintomas.html
http://cieah.ulpgc.es/es/signos-y-sintomas-de-deshidratacion-leve
https://www.engenerico.com/consecuencias-deshidratacion/