El agua: una parte fundamental de nuestro organismo
¿Alguna vez te has planteado cuánto tiempo podemos pasar sin beber agua? Y es que nuestro cuerpo está constituido en un 60 % de agua. Los seres vivos necesitamos este líquido para sobrevivir y, concretamente los humanos, lo utilizamos en la conformación de órganos y sistemas. Sin embargo, no solo queda ahí: nuestras células utilizan el agua como medio en el que llevar a cabo las reacciones que tienen lugar en nuestro cuerpo. Por ello, vivir sin ingerir la cantidad de agua que el cuerpo humano necesita es prácticamente imposible.
Además, hay que destacar que las necesidades de agua que necesitamos en nuestra vida varían en función de la etapa y la situación geográfica en la que nos encontremos.
Otro de los factores que influye directamente en el tiempo que podemos estar sin beber agua es la dieta. Una persona que ingiere alimentos con bajo contenido hídrico necesitará reponer más líquido a través de las bebidas. Sin embargo, siempre hay que considerar que las recomendaciones de agua al día se realizan teniendo en cuenta que también ingerimos alimentos húmedos durante el día.
Como has visto, aunque la cantidad diaria de agua que se recomienda ingerir al día está en los 2 litros, hay muchas excepciones que hay que tener en cuenta a la hora de la verdad. Y son precisamente estas las que influyen en la pregunta de cuánto tiempo aguantaría una persona sin beber nada de agua. La actividad física, la dieta y la condición particular de cada uno influyen directamente en esta cuestión. Es decir, las actividades que nos hacen aumentar la temperatura corporal son las que harán que sudemos más y que se evapore más agua de nuestro cuerpo
¿Cuánto tiempo se puede llegar a aguantar sin beber nada de agua?
Como norma general, puede establecerse un intervalo entre 2 y 7 días para la mayoría de las personas. Se supone que, por encima de la semana sin beber agua, la supervivencia se tornaría complicada.
Sin embargo, existen algunas excepciones que hay que resaltar por su peligrosidad. Una persona abandonada en un vehículo, a pleno sol durante un verano de altas temperaturas, puede llegar a deshidratarse en pocas horas.
En el lado opuesto, encontramos el récord de supervivencia en máximo número de días sin beber agua. Se trata de un joven que fue abandonado en una celda por error y que no pudo beber durante los 18 días de la detención. En esta restricción no entra ni el agua ni ningún otro tipo de líquido. Se trata de un récord real, aunque es posible que el joven sobreviviera gracias a que lamía las paredes de la celda donde había una ligera condensación que le servía para hidratarse.
Estas cifras chocan con los 20 días que puede llegar a aguantar una persona sin comer. Esto demuestra que nuestro cuerpo tiene la capacidad para seguir funcionando durante semanas gracias a las reservas acumuladas y a la gestión de los nutrientes. Pero el agua es una parte fundamental que no se puede sustituir y que necesitamos reponer constantemente.
¿Qué sucede cuando no ingerimos agua?
En primer lugar, actúan los riñones. Estos órganos detectan la ausencia de agua y activan un sistema de emergencia que hace que la hormona antidiurética inicie una reacción en cadena.
El agua comienza a acumularse en la sangre, donde resulta fundamental. De forma paralela, se sigue perdiendo líquido por el aumento de la temperatura corporal. De ahí que se orine con menos frecuencia y también se disminuya la cantidad de saliva generada. Así, las toxinas que eliminamos a través de estas dos vías y del sudor permanecen en nuestro cuerpo. Por otro lado, las células siguen deshidratándose por el paso del agua hacia la sangre. En este momento comenzamos a sentir sensación de fatiga, dolor de cabeza y cansancio extremo, ya que este problema llega también a afectar a las células cerebrales.
Con este panorama, los órganos comienzan a fallar. Unos de los primeros en hacerlo son los riñones, que ya no son capaces de filtrar la sangre y esto supone un extra de acumulación de toxinas en el organismo. Por tanto, si se comienzan a notar algunos de estos síntomas de deshidratación, lo mejor es actuar con celeridad para reponer los electrolitos y el agua necesaria para restablecer el orden normal de nuestro cuerpo.
Consejos para hidratarse
En primer lugar, hay que tener en cuenta dos grupos de riesgo: niños y personas de la tercera edad. Si tienes a alguno de ellos a tu cuidado es fundamental que les recuerdes la importancia de beber y que les ayudes a crear una pequeña rutina.
Por otro lado, hay que tener un especial cuidado con las elevadas temperaturas y la exposición a los rayos de sol. Especialmente, en verano, cuando solemos realizar turismo bajo estas condiciones es imprescindible hidratarnos poco a poco y, a ser posible, en pequeños sorbos.
Destacar también la realización de ejercicio físico como una situación especial que requiere una hidratación muy cuidada. Durante el deporte, perdemos gran cantidad de agua y, aunque nos parezca que no estamos sudando demasiado, es posible que el sudor se evapore tan rápido que no lo veamos. No por ello tenemos que descuidar la ingesta de agua.
Por último, queda referirse a la dieta. Si eres de esas personas a las que les cuesta beber 8 vasos de agua al día, mientras creas el hábito, puedes servirte en gran medida de la dieta. Optando por alimentos más ricos en agua como son frutas y verduras, pescado… Conseguirás ingerir más cantidad de agua a través de los alimentos que finalmente también se destinan a la hidratación.
“El agua contribuye a mantener las funciones físicas y cognitivas normales, con una ingesta diaria de al menos 2L de agua al día, procedente de cualquier fuente.”
Fuentes de referencia:
https://www.waterlogic.es/blog/cuanto-tiempo-podemos-vivir-sin-beber-agua/
https://www.vitonica.com/wellness/cuanto-tiempo-puede-aguantar-nuestro-cuerpo-sin-beber-comer-dormir-o-respirar
https://www.elespanol.com/ciencia/salud/20171201/266223376_0.html
https://blogs.elpais.com/la-doctora-shora/2012/01/los-limites-extremos-del-cuerpo-humano.html