Fuente de vida
Que el agua es fuente de vida es algo que seguramente has escuchado en muchísimas ocasiones. Forma nuestra esencia y la de nuestro planeta. Aproximadamente un 70 % del cuerpo humano está compuesto por agua (la cantidad varía en las distintas etapas vitales). Por otro lado, el 70 % de la superficie terrestre está cubierta por agua. Un ser humano no puede sobrevivir sin agua más de 3 a 5 días. Nuestra vida, la de los animales y las plantas depende de ella.
El recorrido del agua
El recorrido del agua es un círculo eterno: es un elemento fabricado en la naturaleza con una precisión que se remonta al inicio de la vida como nosotros la conocemos.
El agua del planeta mantiene un equilibrio y su camino es un ir y venir infinito: el ciclo hidráulico. En este ciclo no entra en juego ninguna reacción química y únicamente se producen cambios físicos.
El agua que está contenida en los depósitos naturales (océanos, hielo, ríos, etc.), la que proviene de la sudoración de los animales o de la transpiración de las plantas, se convierte en vapor de agua. Cuando bajan las temperaturas, este vapor de agua se condensa y se forma las nubes, de las cuales el agua vuelve a salir en forma de lluvia o granizo. Este ciclo se repite una y otra vez.
El desarrollo del agua mineral que bebemos es un proceso único. El agua que procede de la lluvia o el deshielo de las nevadas se filtra poco a poco a través de las rocas de las montañas. Se va colando hacia el interior de la tierra como si fuera un laberinto y es ahí donde el agua adquiere su composición mineral, absorbiendo los minerales que va encontrándose en su ruta subterránea.
La meta del itinerario del agua es un acuífero subterráneo donde queda almacenada libre de contaminantes. Las empresas que se encargan del envasado del agua mineral natural lo hacen comprometiéndose a no modificar sus propiedades.
Agua mineral natural y agua corriente
En el apartado anterior hemos podido ver de dónde proviene el agua mineral y que obtiene su nombre de su procedencia. Se trata de un agua repleta de los minerales que va absorbiendo en su camino a través de los entresijos de las montañas. Así pues, por su origen, es un agua 100% natural.
Para mantener esa naturalidad las empresas que se encargan de envasar esta agua deben comprometerse a cumplir ciertos requisitos que la legislación española regulada en el Real Decreto 1789/2010 que trata sobre el agua mineral natural y el agua de manantial.
En este texto se recogen las características que deben tener las aguas minerales y que las diferencian de otro tipo de aguas:
- Características naturales, referidas a su procedencia subterránea, contenido en oligoelementos, minerales y otras sustancias.
- Constancia química.
- Pureza original.
Para mantener estas características las envasadoras tienen que garantizar que en el procedimiento de recepción de estas aguas no se van a modificar. Es decir, el agua mineral es un agua que va directamente de la naturaleza (desde el lugar que se recoge) hasta ti.
No se pueden alterar por ningún método químico ni por la adición de sustancias. Cuando das un sorbo de agua mineral puedes estar seguro de que estás disfrutando de un líquido con todas sus propiedades originales intactas.
Las aguas minerales además de cubrir nuestra necesidad de hidratación también nos aportan esos nutrientes, minerales y oligoelementos que contiene su composición, con este tipo de aguas. Sabemos cuál es su composición mineral puesto que es siempre la misma.
Cuando hablamos de agua corriente nos referimos a la que llega a nuestros hogares cuando abrimos el grifo. Es la que utilizas para fregar platos, tu aseo diario, cocinar o regar. La ley también regula los requisitos que debe cumplir el agua del grifo. Un agua puede considerarse potable o no potable dependiendo del fin que se le vaya a dar. No es lo mismo la que se utiliza para el riego que la que se usa para hidratar a los animales.
El agua del grifo procede principalmente de los embalses y llega a nosotros a través de una red de tuberías. El periplo del agua del grifo por las tuberías tiene que pasar por plantas depuradoras para que haya un proceso de potabilización.
¿Qué consumo de agua elijo?
Esta pregunta todos nos la hacemos en alguna ocasión y resulta difícil llegar a una conclusión porque entran muchos factores en juego. Por ejemplo, la dureza y el sabor que presenta el agua del grifo en tu zona o si necesitas algún aporte mineral concreto. También has de tener claras las diferencias entre ambas aguas.
Pero el único veredicto completamente cierto es que siempre debes informarte de la calidad y características del agua, tanto del grifo como mineral. Recurre al etiquetado en el caso de agua envasada, solicita información en el ayuntamiento de tu municipio sobre las características que se suministra a los hogares en tu localidad o también puedes encargar una auditoría independiente sobre la calidad del agua que llega directamente a tu grifo (hay empresas que realizan análisis del agua para particulares).
Cuanta más información poseas más sencillo te será decidir qué agua quieres consumir.
Fuentes de información
https://www.nationalgeographic.com.es/naturaleza/grandes-reportajes/agua-fuente-vida_2189/13
http://corporate.danone.es/fileadmin/user_upload/DanoneSpain/Aguas/Infografi__a_Proceso_FV.pdf
https://elpais.com/elpais/2018/07/17/actualidad/1531822676_026924.html
https://www.ocu.org/alimentacion/agua/informe/aguas-minerales#
http://www.bebeaguamineral.com/como-se-crea-el-agua-mineral/
http://institutoaguaysalud.es/diferencias-agua-corriente-agua-mineral/
https://gdegastronomia.es/mas-sobre-gastronomia/agua-grifo-embotellada/
https://www.ainia.es/tecnoalimentalia/legislacion/aguas-envasadas-en-espana-una-vision-legal/