El agua es la bebida más consumida a nivel mundial, estando presente en nuestra vida diaria. Sin embargo, hay detalles que podemos observar en la botella, que son de suma importancia, pero que no siempre sabemos interpretar. En este artículo, analizaremos la etiqueta del agua mineral para que comprendas toda la información que muestra.
Información básica del etiquetado
En primer lugar, nos indica la denominación. Respecto a esto, hay tres categorías diferentes de acuerdo con la clasificación de la Ley General de Etiquetado: el agua mineral natural, que procede de aguas subterráneas, ya sean manantiales naturales o fuentes perforadas, que tiene una composición mineral constante y no ha sido sometida a ningún tratamiento; el agua de manantial, cuya principal diferencia con la anterior es que no tiene una composición mineral constante, y el agua preparada para ser potable, esta puede proceder de aguas subterráneas o de la red de abastecimiento, por lo que debe ser sometida a una serie de tratamientos que la hagan apta para el consumo humano.
Tras esto, en la etiqueta del agua encontramos la composición de la bebida, de acuerdo con los minerales disueltos y los residuos secos. Esto es lo que se conoce como mineralización, que puede ser fuerte, media, débil o muy débil. Más que la calidad, lo que realmente cambia según este aspecto es el sabor y su uso. En España, todas las aguas son de mineralización baja.
Al mencionar la mineralización, es necesario desmontar un mito. Popularmente, se considera que el agua de mineralización muy débil es mejor para la salud que las demás. Sin embargo, no hay, hasta la fecha, ningún estudio que haya demostrado esto, ya que los minerales que contiene el agua son algunos como el calcio o el magnesio, que contribuyen al normal funcionamiento del cuerpo.
Tipos de agua
A pesar de esto último, sí que es importante prestar atención al tipo de agua que distingue la cantidad de minerales que contiene. Existen aguas bicarbonatadas, que previenen la acidez; sulfatadas, que estimulan el funcionamiento del intestino; cloruradas, que mejoran el flujo de secreción gástrica y biliar; sódicas, que previenen a eliminar cálculos renales; hiposódicas, que favorecen la diuresis; cálcicas, que previenen la osteoporosis; ferruginosas, que mantienen los niveles de hierro estables; magnésicas, con un pequeño efecto laxante e ideales para aliviar la ansiedad y el estrés; y fluoradas, que previenen la caries.
Componentes del agua mineral
De acuerdo con su formación, es fundamental revisarla para conocer lo que estamos tomando. Distinguimos entre residuo seco, que es la cantidad de sales disueltas del agua mineral, siendo mejor aquellas que tienen poco residuo seco; carbonato cálcico (que diferencia entre aguas duras y blandas, de las que recomendamos estas últimas, puesto que las muy duras pueden contribuir a crear cálculos).
Mención aparte merece el tercer elemento: el sodio. Esto último es esencial, ya que las personas que sufren de hipertensión deben consumir agua baja en sodio. Aun así, ningún estudio ha podido comprobar que el sodio pueda ser malicioso para la salud en términos generales. Según el doctor José Manuel Cózar, aun tomando dos litros de agua al día, solo estaríamos consumiendo el 2 % de la ingesta diaria de sodio recomendada por la Organización Mundial de la Salud.
Otras cosas que deberías tener en cuenta
Como curiosidad, en la etiqueta no encontramos ningún informe sobre cómo ha sido tratada. Esto se debe a que, de acuerdo con la reglamentación oficial, las empresas embotelladoras no pueden manipular el agua mineral mediante ningún proceso. Deben mantenerla intacta desde el momento en el que la extraen de la naturaleza hasta que la empaquetan, garantizando que esté exenta en impurezas químicas, tratamientos de infección ni de filtrado (a no ser que se trate de agua potabilizada).
Por otro lado, también podemos consultar otros detalles de suma importancia acerca de su fabricación, como el lugar de procedencia, la fecha de consumo preferente (recordemos que, aunque el agua no caduque, sí lo hace el envase plástico), y ciertos consejos de conservación. A su vez, es frecuente que aparezca un símbolo conocido como Punto Verde, que indica que la empresa pertenece al sistema de ecoembalajes.
Por último, te recomendamos que te asegures de que, al abrir una botella de agua por primera vez, el precinto está intacto. De este modo, te asegurarás de que se encuentra en las mismas condiciones que en la naturaleza. Si vas a adquirirla en un supermercado, asegúrate de que no hayan manipulado el precinto, y, si la vas a pedir en un restaurante, exige que la abran en tu presencia.
Recuerda la importancia del agua
Como has visto, algo tan simple como la etiqueta del agua mineral puede aportarnos muchísima información sobre su producción y composición. Conocerla es fundamental para elegir la que mejor se adapte a nuestra condición de salud y evitar aquellas que puedan sentarnos mal. Recuerda tomar suficiente agua al día y convertirla en la base de tu alimentación para que tu cuerpo esté siempre en condiciones óptimas.
Fuentes de referencia:
https://www.who.int/water_sanitation_health/dwq/gdwq3rev/es/
https://www.20minutos.es/noticia/3345700/0/agua-mineral-botella-etiquetas-informacion-consumidor/
http://www.aneabe.com/que-nos-cuenta-la-etiqueta-de-una-botella-de-agua-mineral-natural/
http://www.ibizafoodie.com/inicio/como-interpretar-las-etiquetas-de-botella-mineral-natural/
https://www.youtube.com/watch?v=KX7lynxvZy0
http://institutoaguaysalud.es/aprende-a-leer-bien-la-etiqueta-de-tu-botella-de-agua-mineral/
https://cadenaser.com/ser/2015/11/30/sociedad/1448885562_761820.html