Durante el embarazo y la lactancia muchas mujeres se preguntan si deben beber más agua. La realidad es que ambos son periodos en los que los requisitos sobre alimentación e hidratación cambian. La ingesta de líquidos es realmente importante en ambos momentos de tu vida, pero habitualmente nadie te habla de ello a no ser que lo preguntes. ¿Te has encontrado con esta cuestión? Seguro que no solo con ella, sino también con una sensación de sed intensa.
El periodo de lactancia materna es uno de los más sensibles al respecto. Durante la lactancia es necesario mantener un buen equilibrio hídrico, ya que es fundamental para preservar la cantidad y la calidad de la leche. Debes pensar que la producción de leche implica la necesidad de existencia de líquido sobrante en tu organismo, pero esto no quiere decir que al beber más agua tengas más leche, aunque sí que es cierto que afecta al estado nutricional del niño.
La hidratación y la lactancia materna
Tras el embarazo, la segunda etapa en la que necesitas estar especialmente atenta a tu hidratación es la lactancia. Tu hijo, mientras esté tomando leche, no va a necesitar beber agua ya que este es el componente mayoritario, un 90%, de la leche. Pero eso implica que para producirla en la cantidad requerida necesitas ingerir líquidos suficientes. Y lo mejor es beber agua.
¿Pero qué pasaría si no bebieras durante varias horas? Si la deshidratación es moderada o grave ya se ve comprometida la producción de leche. Por tanto, el consejo es llevar siempre botellas y beber incluso sin tener sed. Intenta que sea un mínimo de 2,3 litros. Por su parte, tomar leche, zumos o caldos, así como frutas y verduras, también puede ayudarte.
Por otro lado, igual que cuando estabas embarazada, las condiciones del clima debes tenerlas bastante en cuenta. Si vives en una zona calurosa y es verano, aumenta a 3 litros tu ingesta de líquidos. ¡El sudor es una forma de refrigerar tu organismo, pero pierdes agua!
¿Hay alguna forma más de tomar líquidos además de beber agua?
Sí, por supuesto. Si te habitúas a incluir ciertas bebidas, además del agua, te asegurarás una buena hidratación:
- Al desayunar, tómate un zumo de frutas ¡natural!
- Toma agua en todas las comidas y fruta o zumo natural de postre.
- Merienda con zumo de frutas natural o piezas de fruta.
- Tras cada toma del bebé, ingiere un vaso de agua.
Ten en cuenta que todas estas recomendaciones están avaladas por la autoridad de seguridad alimentaria e incluidas en los consejos que se facilitan a las mujeres embarazadas. Y se ha llegado, a través de diferentes estudios, a la conclusión de que las madres lactantes tienen mucha más probabilidad de sufrir deshidratación.
Durante la lactancia, ¿tengo que beber agua embotellada mineral o del grifo?
Una pregunta frecuente es si puedes beber agua del grifo o debes comprarla embotellada. Y en este sentido tenemos que decirte que el agua de consumo en España es de muy buena calidad. Sin embargo, los médicos señalan que beber agua mineral de mineralización débil es más aconsejable. Y esto vale tanto para el embarazo como la lactancia y el niño en su primera infancia. Estas aguas tienen bajo contenido en sodio, pero niveles adecuados de calcio, magnesio y flúor, algo más que interesante para tu salud.
Repercusiones de la deshidratación en el bebé
Los síntomas de deshidratación de un bebé son:
- Se muestra muy irritable.
- Está demasiado somnoliento.
- Empieza a tener un sudor frío.
- Le notas un aumento de la respiración y de la frecuencia cardíaca.
Ten en cuenta otro efecto del verano: le das el pecho y tu cuerpo y el suyo están unidos, dándose calor. Puedes sudar tú, pero también lo hace tu bebé. Si esto es frecuente puedes deshidratarte y verse reducida tu producción de leche, afectando al niño.
Por tanto, debes seguir estos consejos
- Darle el pecho a demanda durante el día.
- Vestirlo con ropas ligeras y transpirables.
- Vigilar más el pañal, que también puede hacer que pase más calor y sude más.
- Buscar lugares frescos para las tomas.
- Beber el agua suficiente para no deshidratarte.
Si tu hijo es menor de 6 meses no es necesario que le des agua entre horas, pero si es mayor de esa edad, sí. Puedes ofrecerle un poco de agua en una cucharita y así comprobar si tiene sed.
Hidratarte tú es hidratar a tu bebé
Como ves, la lactancia materna es lo mejor para tu hijo, pero debes adoptar unas precauciones: hidratarte tú es hidratar a tu bebé.
En definitiva, durante el embarazo y la lactancia las adaptaciones fisiológicas son muchas, ya que cambian las necesidades del feto y de la madre. Esto hace que varíen las necesidades de hidratación, siendo en el embarazo un periodo en el que la presencia de suficiente líquido es un factor de vital importancia.
“El agua contribuye a mantener las funciones físicas y cognitivas normales, con una ingesta diaria de al menos 2L de agua al día, procedente de cualquier fuente.”
Fuentes de referencia:
https://www.guiainfantil.com/articulos/alimentacion/lactancia/la-hidratacion-durante-la-lactancia/
http://www.medicosypacientes.com/articulo/documento-de-consenso-sobre-hidrataci%C3%B3n-en-el-embarazo-y-lactanca
https://www.actasanitaria.com/agua-hidratacion-y-salud-en-el-embarazo-y-lactancia/
http://institutoaguaysalud.es/hidratacion-en-el-embarazo-y-lactancia/
http://www.aneabe.com/hidratacion-durante-el-embarazo-y-la-lactancia/
https://www.webconsultas.com/embarazo/vivir-el-embarazo/hidratacion-durante-la-lactancia
https://www.mibebeyyo.com/bebes/alimentacion/lactancia/hidratacion-mama-lactancia
https://www.guiainfantil.com/articulos/alimentacion/lactancia/la-alimentacion-de-la-madre-lactante-en-verano/
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002220.htm