El consumo humano de aguas envasadas implica aplicar protocolos para asegurar que se han seguido todos los procesos de control, de modo que su consumo no comporte ningún riesgo para la salud.
Las normativas de la Unión Europea, así como los Reales Decretos de cada país en materia de consumo establecen, entre otras recomendaciones, que este formato apto para el consumo humano incorpore en la etiqueta epígrafes informativos en los que se aluda al tipo de agua, así como a su origen.
El agua es un recurso natural al que la mayoría de la población tiene acceso por un coste mínimo. A no ser que se decida consumir agua envasada, ya que su adquisición comporta un gasto extra para el bolsillo de los ciudadanos que la necesitan no solo para beber, sino también para cocinar. En este sentido, el agua se convierte en un elemento generador de ingresos, y se crea, por definición, un sector económico entorno a este recurso natural.
Los bebedores de agua embotellada se fijan en la salubridad, la pureza y el sabor antes de consumir de forma habitual este recurso natural envasado, por lo que para que el agua embotellada esté en óptimas condiciones cuando llegue al consumidor se ha de preservar la oscuridad y el frescor.
En este sentido, las normas legislativas, tanto españolas como europeas, hacen referencia a las medidas ecológicas para embotellar, etiquetar y transportar este bien de consumo masivo, las cuales no siempre se cumplen.
Almacenamiento de agua embotellada
Un aspecto a considerar es el almacenaje del agua en el domicilio para consumirla a largo plazo. Para ello, es necesario almacenarla a temperatura ambiente o más fría, alejada de la luz solar directa y lejos de cualquier químico o disolvente, evitando ponerla cerca de combustibles como la gasolina, o disolventes de pintura. Así que su garaje no es, probablemente, un buen lugar de almacenamiento para el agua embotellada.
Respecto al tiempo que puede permanecer embotellada, algunas instituciones, recomiendan limitarlo, pero, sin embargo, otras aseguran que se han de reemplazar, anualmente, los suministros de agua embotellada.
Pureza de sus propiedades
El agua envasada soporta unos protocolos muy rigurosos para que mantenga la pureza de sus propiedades. Además, esta parte del proceso se realiza en el origen, en el propio manantial. Por ello, se considera este formato, un producto natural y bueno para contribuir al desarrollo físico de los seres humanos.
El paso previo a la distribución del agua envasada es el etiquetaje, empaquetamiento y sello para asegurar que se consumirá en las mejores condiciones, y que contará con todos los datos para que el consumidor sea consciente del producto que adquiere, de las condiciones en que se ha tratado, y de sus características y propiedades.
El envase permite transportar el agua a cualquier lugar y disfrutar de los beneficios de este líquido cuando lo deseemos. El agua envasada en origen, además, no ha recibido ningún complemento químico, tampoco ningún tratamiento para desinfectarla; por estas razones se convierte en una fuente de hidratación natural y saludable, según certifica el Instituto de Investigación Agua y Salud.
Seguridad Sanitaria del agua envasada
El portal de Internet, Agua Potable, sostiene que aunque el agua que se consume del grifo presenta el riesgo de estar afectada por los materiales que se usan para desinfectarla o aspectos microbiológicos; en contra de la creencia popular, el tratamiento que recibe el agua del grifo hace que el riesgo sea mucho menor que el del agua envasada[BG3] .
Sin embargo, según la misma fuente, el agua envasada, por las condiciones propias de su naturaleza, como estar un tiempo indeterminada almacenada y, además, quedar expuesta a las inclemencias de la temperatura presenta un riesgo mayor de alterar su estructura natural y poder llegar a ser el caldo de cultivo para el crecimiento de algunos microorganismos perjudiciales.
Los envases de plástico
Aunque existe cierta controversia por el uso del plástico para evitar que sus restos permanezcan durante años perjudicando el medio ambiente, la citada página web explica que este material es ideal para almacenar el agua, pero para que este líquido se conserve en condiciones adecuadas para su consumo, se ha de hacer un uso responsable de las botellas de plástico.
Para que el agua mineral conserve sus propiedades naturales es imprescindible que aspectos como su sabor o su olor permanezcan inalterables. Asimismo, los elementos que la componen no se deben degradar ni contaminar por agentes externos. Por tanto, si se cuida del envase, es una forma de cuidar el agua, que después se va a consumir.
El agua embotellada se tiene que guardar, como se ha dicho anteriormente, en un lugar fresco, seco y alejada de la luz solar. Esta directriz se reproduce, con más razón, cuando se trata de agua embotellada en plástico PET porque los rayos ultravioleta del Sol e, incluso, las altas temperaturas, tras una exposición prolongada, podrían provocar que alguno de los elementos del plástico se transfieran al agua.
No obstante, ello no podría perjudicar la salud pero, por contra, la calidad del agua sería menor, ya que podría oler mal o tener un sabor desagradable. La botella de plástico, aunque no deja pasar el agua al exterior no es un recipiente hermético.
Sin embargo, este material tiene unos poros que son imperceptibles para la vista y que, además, no permiten liberar el agua; de este modo, si guardamos las botellas en un espacio, en el que hayamos guardado pinturas o detergentes, se podrían ver afectadas por los materiales de estos compuestos.
Por tanto, el agua embotellada se tiene que guardar en un sitio alejado de pinturas, detergentes o productos que contengan elementos químicos que puedan ser perjudiciales para mantener este líquido en su mejor estado de conservación.
Fuentes de referencia:
http://www.europarl.europa.eu/factsheets/es/sheet/74/la-proteccion-y-la-gestion-de-las-aguas
https://www.ecologistasenaccion.org/17832/
http://www.aneabe.com/preguntas-frecuentes
https://www.madrimasd.org/blogs/remtavares/2008/09/05/100239
http://www.elaguapotable.com/aguas_envasadas.htm
http://institutoaguaysalud.es/wp-content/uploads/2016/10/Libro-Blanco-de-las-aguas-envasadas.pdf